sábado, 19 de abril de 2014

El Anankelabio.

La batalla había sido dura, el grupo estaba agotado y tanto Darea, Madih y Skyh estaban heridos.

-Venga guapete quítate esa ropa rara.-le dijo Mair con un trozo de tela que Kei le había dado para curar al joven.

-Jamás pensé que un pirata me dijera esas cosas.-bromeó Skyh.

El joven se quitó el chaleco y observó con mala cara el desgarrón que le había hecho la criatura que le había atacado.

-No te preocupes, soy costurera.-le dijo Niliem guiñándole un ojo al chico y arrebatándole el  chaleco de las manos.-Dame la camisa, después de lavarla un poco la coseré también.-

Skyh miró su camisa, ésta también estaba rota lo que le hizo resoplar molesto, le encantaba esa ropa y le fastidiaba que se estropeara. Se la quitó y se la tendió a Niliem que esperaba impaciente. -Gracias majestad.-le respondió el chico con una ligera reverencia.

-¡Vete a la mierda Sky!-le respondió entre risas Nil para segundos después marcharse con la ropa.

Mair se echó a reír ante la atónita mirada de Skyh. -¿He dicho algo gracioso?.-preguntó el chico extrañado.

-Te ha repetido mil veces que no la llames así.-le dijo Mair aún riendo.

-Pero ella es mi reina.-

-Nadie lo diría.-dijo Dalif que pasaba justo por al lado de los dos jóvenes.

-El vidente te tiene manía.-le dijo Mair agachándose para ver la herida del joven.

-No le he hecho nada.-dijo Skyh en tono triste. No sabía la razón por la cual Dalif no podía soportarlo, él deseaba a toda costa llevarse bien con él , tenían más cosas en común de lo que el asesino vidente pensaba pero al joven le daba pánico hablarlas con él.

-Creo que sé la razón-dijo Mair señalando con la mirada a Nayra que se acercaba hacia ellos.

-¿Nayra?-dijo extrañado Skyh.

Era cierto que él y Nayra, la hija de Dalif, se llevaban muy bien a pesar de que se conocían desde hacía poco pero en absoluto había ningún interés amoroso en esa relación. Skyh estaba seguro de ello, amaba a Nayra pero no como se ama a una pareja o al amor de tu vida. Mair sonrió, limpió un poco la herida del joven y antes de que pudiera contestarle Nayra le habló.

-Mair, yo le curo si no te importa.-le dijo la chica.

El pirata le tendió el trozo de tela con el que curaba a su compañero y le sonrió.-Aquí tienes señorita Dúimar.-

-Gracias señor Engel-le dijo Narya con una preciosa sonrisa.

Skyh la miraba embobado, su sonrisa era preciosa, su voz, todo en ella era precioso.

-Bueno ofidio, voy a ver a Amina, están en buenas manos.-dijo el pirata dándole una palmadita en el hombro.

Skyh resopló, odiaba que le llamara así, él no era un ofidio aunque su lengua indicara lo contrario. Deseaba decirles la verdad, pero sabía que no podía así que continuó replicándole esperando que en algún momento el pirata se cansara y dejara de llamarlo así.

-Soy un aligator, hay mucha diferencia entre un caimán y una cobra.-

-¿El veneno?-dijo Mair entre risas mientras se alejaba de la pareja.

-No te lo tomes a mal.-le dijo Nayra, agachándose para terminar de limpiar la herida del chico.-Es más pequeña de lo que me pensaba, me alegro.-comentó la joven. Tras limpiarla sacó un ungüento y se lo puso en la herida.-Escuece un poco.-

Skyh dio un respingo al sentir aquella pasta vegetal en su dolorido costado pero poco a poco sintió como le aliviaba.

-¿Me vas a hablar hoy del anankelabio?-le preguntó Nayra observando el objeto en el pecho del chico. Skyh suspiró.-¿Qué es?¿De dónde lo sacaste? ¿Por qué no puedes quitártelo?-La chica acribillaba al joven a preguntas lo que hizo que resoplara aún con más fuerza.

-No debería hablar de él Nayra.-dijo casi en un susurro.

-¿Por qué? ¿Es tu don? ¿Por él te encuentras aquí?-

Skyh negó moviendo la cabeza hacia los lados enérgicamente.

-¿Entonces? Por favor Skyh dime que es.-le suplicó la chica apoyando las rodillas en el suelo y las manos en las piernas del chico.

-Me lo dio mi madre, mi abuelo lo había hecho para mí.-

-¿Es único?-dijo sorprendida Nayra.

-Sí.-asintió el chico.-Muchos miembros de mi familia participaron en su creación poniendo algo de ellos que lo hace especial.-

-¿Y qué utilidad tiene?-

-¿Cuál crees tú qué puede tener?-le preguntó el chico sonriente.

-No lo sé.-dijo seria Nayra.-Cuando me dijiste el nombre pensé que era algo parecido a un astrolabio, pero es totalmente distinto a cualquier astrolabio que haya visto.- Nayra miró el anankelabio, estaba totalmente oscuro, pero se podían distinguir unos diminutos puntos blancos en él.- Además está distinto a como lo vi el otro día.-la chica pasó los dedos por encima del cristal abovedado que componía el aparato y comprobó como donde sus dedos tocaban se tornaban de un rojo intenso.-¿Qué ha pasado?-dijo sorprendida apartando los dedos.-¿Cambia?-

Skyh sonrió y asintió.-El anankelabio es lo que tu necesites que sea, en una lengua antigua de los humanos ananké significa necesidad o destino, por lo que su nombre quiere decir que es un buscador de necesidades.-explicó el joven.

Nayra se quedó atónita, aquello era más espectacular de lo que ella había podido imaginarse. ¿Podía ser todo lo que él necesitara? Sonrió con picardía pensando en las miles de utilidades que le daría en la escuela de magia y después se dirigió hacia el muchacho.-¿Puede ser una brújula?-

Skyh no dijo nada pero rápidamente el anankelabio cambió su fondo negro por el de una brujula con su flecha dando vueltas como loca en busca del norte.  -¡Caray!-exclamó Nayra.-Es un cacharro muy útil.-

El joven asintió.-Lo es, aunque como puedes comprobar aquí en el Limbo no lo es tanto.-dijo señalando la flecha que aún buscaba como loca el norte en aquel maldito lugar.

Nayra sonrió ante aquel comentario del chico y de repente el astrolabio se torno de color ojo intenso, tal y como había hecho cuando Nayra lo había tocado. Skyh se puso nervioso. ¿Por qué la joven pensaba esas cosas de él? Con rapidez y casi antes de que la chica pudiera reaccionar cambió el fondo del artilugio por el que tenía justo cuando la joven había llegado.

-¿Cómo lo cambias?-preguntó intrigada la chica.

El saurioántropo dio gracias porque la joven no continuara preguntando sobre aquel fondo rojo y le contestó de buena gana. -Simplemente pienso y se cambia, estamos conectados.-

-¿Es por eso que no puedes quitártelo?-

El joven se quedó pensativo unos instantes y después continuó.-Verdaderamente si puedo quitármelo pero no me gusta lo que ocurre cuando lo hago.-

Nayra arqueó una ceja desconcertada.-¿Qué ocurre?-

-Oigo voces.-

-¿Voces?-

-Bueno, una voz, de una chica.-

-¿Y qué te dice?-

-Prefiero no hablar de ello.-dijo el joven agachando la cabeza y por desgracia escuchando las desgarradora voz de la joven que le llamaba cuando se quitaba el anankelabio.

-Está bien.-dijo decepcionada Nayra. Quería conocer más, saber que le decía aquella voz que le hacía no querer quitarse aquel artilugio nunca, pero entendía que el muchacho no quisiera hablar de ello, podía ser algo familiar o incluso de mal gusto y era mejor no obligarle a airear aquellas cosas. -Has dicho que muchos familiares tuyos pusieron algo en él. ¿Tú madre puso algo?-

Skyh asintió. Nayra pudo ver como los ojos del muchacho comenzaban a brillar, siempre le ocurría cuando hablaba de su madre, claramente era un síntoma de estar aguantándose las lágrimas, algo que tanto ella como él ya sabían. -Ella puso parte de su alma, gracias a ello yo sabía cuando estaba mal o cuando no, incluso podía leerle la mente.-

-Teníais así una conexión mayor el uno con el otro.-dijo la chica apoyando la cabeza en las rodillas del joven. Skyh asintió y el silencio se apoderó de la conversación, haciéndola rehén por unos instantes para después dejarla fluir libre de nuevo.

-Mi madre me lo entregó poco antes de morir, me dijo que me lo quería dar por mi cumpleaños pero las circunstancias habían hecho que no fuese posible.- el chico agachó la cabeza y observó los preciosos ojos azules de Nayra que le miraban expectantes. Sentía el amor que ella le tenía, sentía que le amaba de una forma que él jamás hubiera deseado. Tragó saliva y continuó hablando.- Ella no me explicó los miles de usos que tiene, simplemente me dijo que debía llevarlo siempre pegado al corazón así, la Dasta de mi destino escucharía lo que éste le dice y podría escribir el destino que mi corazón le dictara.-

-Eso es precioso.-dijo Nayra con tono dulce.-Tu madre era una mujer fascinante.-

-No lo sabes tú bien.-le dijo el chico acariciándole el cabello a la joven.

-¡Tortolitos! -gritó Mair a lo lejos.- Kei ha dicho que nos ponemos en marcha de nuevo.-

Skyh maldijo al que había inventado aquella estúpida palabra y apartó a Nayra bruscamente. ¡No! ¡Él no la quería así! Y sobretodo no quería que ella lo pensara. Deseaba poder contarle toda la verdad, poder gritarles a todos quien era y que hacía allí, aunque esto último no lo tenía muy claro, pero no podía y eso le frustraba. Nayra le miró de mala gana. ¿Por qué la apartaba como si fuera una de las criaturas repugnantes que hacía poco les habían atacado? No comprendía el juego que Skyh se traía con ella, parecía en muchas ocasiones que estaba enamorado de ella, pero en otras la repudiaba como si fuera escoria. La chica no podía evitarse sentirse mal ante aquellos rechazos, ella quería a su novio, pero Skyh la volvía loca y hacía que se olvidara de Cosme rápidamente. ¿Qué tenía ese chico?

Skyh se levantó y comenzó a andar al encuentro de Niliem que le traía su ropa, limpia, seca y remendada. Nayra permaneció unos instantes de rodillas hasta que Evril la cogió del brazo para ayudarla a levantarse.-Venga Nay, tenemos que irnos y alegra esa cara, si papá te ve así por él se enfadará.- La joven se levantó con ayuda de su hermano y comenzaron a andar hacia el grupo que los esperaba. Delante de ella Skyh se vestía sintiéndose un auténtico gilipollas por haberle hecho aquel desprecio a la persona que más amaba en su vida.

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Éter y Sangre: La muerte de los Dioses by Lidia Rodríguez Garrocho is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.

1 comentario:

  1. Me encanta el tono picaresco del principio, ha sido refrescante volverte a leer, de verdad. Hace mucho que no podía y ahora vuelvo a ello, incluso me has dado más energías de las que tenía para seguir con mis fics, sobretodo con No puedo verte, el que te estás leyendo que lo tengo super olvidado :S
    Lo del anankelabio me ha encantado, por cierto. La historia detrás de él aún más ^^
    Ya quiero que publiques tu primer libro :D

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